Vivienda: Estos inmuebles están diseñados para ser utilizados como lugar de residencia, ya sea permanente o temporal. Incluyen casas, apartamentos, chalets, y dúplex. La fiscalidad de estos inmuebles puede incluir deducciones por compra o rehabilitación, así como consideraciones especiales en caso de alquileres.

Trastero/Garaje: Son espacios complementarios a la vivienda, destinados al almacenamiento o estacionamiento de vehículos. A menudo, estos inmuebles tienen un régimen fiscal menos complejo, pero es importante declararlos si generan ingresos mediante alquiler.

Industrial: Incluyen fábricas, talleres, almacenes y otros inmuebles destinados a la producción industrial. Su valoración y fiscalidad dependen del uso específico y la ubicación, con posibles beneficios fiscales para la reindustrialización o mejora de instalaciones.

Comercial: Comprenden locales comerciales, tiendas, oficinas, y otros espacios diseñados para actividades de negocio. Los ingresos derivados de estos inmuebles, como los alquileres, deben declararse, y su venta puede implicar la consideración de ganancias o pérdidas patrimoniales.

Solar: Se refiere a terrenos no edificados, los cuales están destinados a la construcción futura. Los solares pueden estar sujetos a impuestos locales y, dependiendo del plan de desarrollo urbano, pueden incrementar su valor significativamente.

Otros: Esta categoría incluye tipos de inmuebles menos comunes como bodegas, instalaciones deportivas, o edificaciones especiales. Cada uno tiene características y tratamientos fiscales específicos que varían según su uso y legislación aplicable.